lunes, 28 de septiembre de 2009

Hiroshima, el recuerdo de la bomba atómica






El viernes pasado viajamos a Hiroshima, la ciudad donde cayó la primera bomba atómica. Hiroshima está a 340 kms de Osaka, pero esta distancia se hace apenas en hora y media con el tren bala japonés, el famoso Shinkansen.
La ciudad queda en el delta del río Ota y su geografía es casi totalmente llana. Aun mantiene sus tranvías, que contrastan con la modernidad que ha alcanzado.
Fuimos a Hiroshima a conocer el Museo Conmemorativo de la Paz, un testimonio permanente de lo sufrido aquel fatídico 6 de octubre de 1945, día que un avión bombardero B29 de los Estados Unidos, mas conocido como el Enola Gay, dejó caer a las 8:15 de la mañana, la pesada bomba de uranio, de 4 toneladas de peso, bautizada como "Little boy".
La bomba no llegó a tocar el suelo, explotó a 600 metros de altura sobre el mismo centro de la ciudad, lo que causó mayor impacto destructivo por que fue mayor su radio de acción.
Ese día, los habitantes de Hiroshima se habían levantado muy tremprano como todos los días, y los escolares, en un numero de aproximadamente 8,400 estudiantes habían sido movilizados para cumplir sus labores en los centros de demolición de edificios, muy cercanos al hipocentro, es decir al punto de mayor impacto de la bomba.
Las escenas que narra el museo son desgarradoras. Los efectos se sufrieron en un area de 2 kilómetros a la redonda, los niños fueron las principales víctimas. Los que no murieron inmediatamente, murieron a los pocos días, por las quemaduras insufribles, la lluvia negra, y la falta de atención. Los que sobrevivieron murieron tiempo despues por los efectos de la radiación en sus cuerpos. Infame bomba que no valió un Pearl Harbor.
Sin embargo, la temática esta enfocada a no olvidar los efectos de las bombas atómicas, mas no a señalar a un culpable. En la exposición no se hace mayor referencia a los Estados Unidos ni se imprime una tónica revanchista. El objetivo del museo es resaltar la paz, un mundo sin mas bombas atómicas. La exposición es muy buena en este sentido; los testimonios de los sobrevivientes en pantalla multimedia, las guías auditivas con una narración intimista, la excelente museografía, los dioramas, el respeto por no explotar el morbo de la muerte, la conclusión, todo ello hace de este museo una visita obligada.

en el Shinkansen, haciendo 240 km/h, ni se siente.

dos vistas del Museo Conmemorativo de la Paz. El edificio del fondo en la segunda fotografía alberga la primera exposición, luego se cruza el puente - pasadizo y se llega a la segunda exposición con los testimonios humanos, en el edificio siguiente.

Un grupo de escolares en la maqueta de la ciudad de Hiroshima antes de la bomba.

la bombita "Little boy", 4 toneladas de peso. Hoy su poder destructivo es un "chancay de veinte" comparado con los modernos misiles con cabeza nuclear y las super bombas atómicas. Estará buscando el inefable Hugo Chávez construir su bomba con apoyo iraní?
un diorama muy explícito, una desgarradora escena; madre e hija con sus cuerpos deshechos por las quemaduras deambulan sin rumbo por una ciudad destruida. El ambiente parece un infierno.

Ahora Hiroshima es paz....
y tranquilidad. Un desocupado hijo del sol duerme en una banca del malecón, frente al río Ota.

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