Pero la verdad, el Japón tiene muchas más cosas para sorprenderse, por que es un país diferente, y por que parece ser que si tienen un problema técnico, pues lo solucionan con la solución más dificil de realizar.
Comen con palitos, sus carros llevan el timón en el lado derecho y por ello se movilizan por el lado izquierdo. La gran mayoría profesa el shintoismo (que es la religión originaria del Japón), pero también el Budismo. Se quitan los zapatos al entrar a las casas, sus comedores no tienen sillas, se sientan en el piso y sus baños no tienen W.C., se ponen en cuclillas para hacer sus necesidades, como es el puro estilo japonés.
Hay muchísimos viejitos y pocos niños, esto es muy perceptible para cualquiera. Cada año el Japón tiene una mayor población de ancianos que pasan de los 100 años.
Los japoneses son muy amables, hay muchisimos ciclistas y ciclovias, pero donde no las hay, usan las veredas, lo que obliga a estar al pendiente para alguien que proviene de un país con poca cultura ciclista, como el nuestro, y donde los que manejan bici deben ir por la pista.
Aquí las bicicletas se dejan estacionadas sin mayor seguro, nadie las roba y hay máquinas expendedoras por todos lados, de jugos en botellas, de agua, de cafe, de gaseosas (solo Pepsi y Coca cola) de cigarrilos, estas últimas tienen un sensor para leer tu tarjeta de identificación a fin de que no lo usen los menores.
En fín, muchas cosas mas que seguramente iré mencionando a lo largo de este aburrido blog.
Mi profesor es un robot de la serie Asimo 700, jejeje. Es una bromita.

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