domingo, 25 de octubre de 2009

El ultimo samurai






Debí colgar este post apenas regresamos de Hokkaido, pues lo había escrito en el camino, pero debo confesar que la pereza (fea palabra) de trascribirlo, y la noticia de que la influenza había atacado a dos integrantes del grupo, y con ello, la visita obligada a la clínica y las precauciones del caso, demoraron mi oficio. Ahora, superada la pereza y la influenza, me apuro a terminar de contar como continuó la travesía por la isla de Hokkaido.

Recordaba en el bus, rumbo a Nibutani, cuando algunos años atrás viajé en tren por la campiña del sur de Francia, hermosos paisajes de sembríos y casitas de cuentos. Viajar por Hokkaido encierra la misma fascinación, aunque con un paisaje diferente: extensos bosques de arce con hojas amarillas y otros algo rojizas por la estación. En el Japón, el otoño es muy vistoso por las tonalidades que ofrece la naturaleza, y más aún cuando alguna mañana, como ésta, las nubes entreabiertas dejan pasar los rayos solares, pintado casi una escena bíblica.
También hay muchos pinos a lo largo de la autopista, por cierto magníficamente mantenida y muy bien señalizada. Pensar que podríamos tener algo así en nuestra selva, comunicando mejor las regiones.

Debe hacer unos 14 grados afuera. El frio se deja sentir, pero para los residentes de esta isla, aun esta temperatura es primaveral, ya que cuando dejábamos la ciudad de Sapporo, muy temprano, muchos circulaban en sus bicicletas (una costumbre muy extendida en todo Japón) solo en mangas de camisa, y las jóvenes usaban sus, aquí muy usados, shorts.

Estamos yendo a visitar la comunidad ainu de Nibutani, por la ruta de Numanohata. Detrás mio se sienta una pareja japonesa que no deja de conversar, salvo un "ikura des ka" y un "sumimsen", no he logrado entender nada. Cruzamos ahora un pueblito de casitas pequeñas con tejados multicolores. En este punto del viaje puedo ver a la distancia la línea que hace el oceano pacífico. Agradable reencuentro con el oceano que baña también las costas peruanas. A la vista, el pacífico es una línea plateada que asoma entre el perfil de los pinos. La autopista corre a más altura que el paisaje permitiendo la vista de todo en lontananza.

Nos avisan que ya estamos cruzando el rio Sakugawa, el rio sagrado de los ainu en esta región, lo que significa que ya llegamos a Nibutani, territorio de los Ainu. El frio se cuela en la piel apenas bajamos del bus, pero al cabo de unos momentos ya es particularmente agradable. Nibutani (que significa "Gran Bosque") tiene un museo municipal dedicado a la cultura local, que cuenta ademas con una sala interactiva. Alli encontré algo inesperado: un kinetoscopio!. este aparato, el predecesor del cine o del televisor, fue trabajado por Edison y consta de una cilindro con una misma imagen en diferentes posiciones en su interior, que al rotarlo y ver por una ranura da la sensacion que la imagen esta en movimiento. El kinetoscopio fue algo que quisimos tener en el Museo de la Electricidad para exhibirlo junto a los antiguos televisores o filmadoras. Y lo vengo a encontrar aqui, en medio de los ainu!

Luego de la visita al museo compartimos un almuerzo típico, que constaba de una sopa de salmón con papas y un segundo plato de salmón, arroz y algo parecido a un puré de papas, con verduras. Acompañamos la comida con una bebida tradicional de maiz, algo parecida en su sabor a la chicha de jora que tenemos en el Perú. La comida estuvo agradable y mas aun por que departimos sentados en una casa típica y alrededor del fuego. Después de esto continuamos el recorrido en Nibutani con una visita al Museo Memoria de Kayano de Shigero, quien fue un destacado investigador y promotor de la revaloración de la cultura ainu. El hijo de Shigeru, también reconocido investigador, nos recibió en su casa y acompañando la conversación nos ofreció un dulce (como una mazamorra) que preparan con frijoles. Casi a media tarde emprendimos el viaje a Noboribetsu que es un municipio situado en la prefectura de Iburi, al sur de Hokkaido, y que es famoso además por sus aguas termales y por su Valle del Infierno, un lugar donde emanan el vapor y el ácido sulfúrico desde pequeñas elevaciones, semejando volcanes en actividad. por ello, Noboribetsu es considerado como el más famoso hot spring resort de Hokkaido, es decir como el lugar ideal de los baños termales.

Nos hospedamos en el hotel Mahoroba, un hotel enorme, de estilo japonés, es decir que no hay camas, sino colchoncitos en el suelo, las mesitas son cortas, no para sillas sino para sentarse en el piso, y uno debe vestirse con el tradicional yukata, que es un traje de dos piezas, muy ligero y que se usa comunmente para dormir o para los baños termales. Así que me puse el trajecito, me tomé fotos y me sentí casi casi el último samurai, sin espada lamentablemente.
A la mañana siguiente el restaurant del hotel ofrecía un desayuno buffet donde felizmente pude escoger juguitos, panes con jamonada y fruta.

Después de ello, y de dejar mi solemne yukata en el closet de la habitación, dejamos el hotel y enrumbamos al Museo municipal de Noboribetsu, pero antes pasamos para las fotitos del caso por el Valle del Infierno (Jigokudani en japonés). El Museo en mención fue inaugurado en 1970 y además de exhibir una extensa colección de artefactos de la cultura ainu, de presentar dioramas y recreaciones de la vida diaria de este pueblo en el pasado, ofrece también una exhibición sobre la colonización del territorio, la teatralización de las danzas y cantos de los ainu y a cuatro "fieros" osos que abrían sus furibundas fauces esperando las galletitas que el público les alcanza a través de un tubo. La verdad me dio pena ver a los enormes osos enjaulados y en tan pequeños espacios, pero los ainu los capturaban desde tiempos remotos y los sacrificaban, así que esta situación osuna debe ser lo mas normal para ellos.

En la tarde se acabó la travesía y luego de pasar por los stands de souvenirs, regresamos al bus para dirigirnos nuevamente a Sapporo y de allí al aeropuerto. El avión estuvo saturado de escolares que también regresaban de su viaje de paseo por Hokkaido. Llegamos sin novedad a Osaka casi a las 8 de la noche, cargados de cansancio, de souvenirs y de mucho que contar sobre este buen viaje.


aquí dos fotos en el museo de Nibutani. En la primera la fachada del museo, que parece una iglesia mormona, en la segunda el blogger navegando por las peligrosas aguas de la sala de exposición.


El Kinetoscopio! El aparatito recrea el movimiento de una vaca. Cuando Edison lo trabajó se percató que dado el tamaño del circulo, solo podria limitar a mostrar una sola escena. Vaya decepción. Sin embargo este invento fue el primer paso para la invención del cine.

departiendo el almuerzo típico en una casa típica y sentados tipicamente alrededor de la fogata.

dos hermosas vistas del paisaje rural en la comunidad ainu de Nibutani. Al fondo, una casa tradiconaL, hecha de una planta parecida a la totora.

Llegando al Hotel en Noboribetsu y siendo recibidos por una geisha.
El verdadero último samurai, mucho después que Tom Cruise interpretara el papel del capitan Nathan Algren.

el Valle del Infierno. Puro olor a acido sulfurico.

Ingresando al museo de Noboribetsu con la estatua del gran jefe ainu.

unas chicas y no tan chicas, vestidas con la ropa tradicional de los ainu nos despiden luego de participar en la representacion de sus danzas y cantos autóctonos.

el osito y el tubo por donde se le puede pasar galletas.
Hasta mañana

miércoles, 21 de octubre de 2009

En Hokkaido!










Hola nuevamente a todos. Vinimos a Sapporo, capital de la isla de Hokkaido, ayer martes en un vuelo de la Japan Air Lines. Hokkaido es una de las cuatro islas que conforman el Japón y la más septentrional de todas, es decir la que está mas al norte. Limita con la Península de Sajalín, uno de los territorios más lejanos de la siberia rusa y por lo mismo, el clima es bastante severo, sobretodo en invierno,cuando la temperatura baja a varios grados bajo cero. como comprenderán, en estas distancias y paisajes, me siento realmente lejísimos del Perú, así que escribir este post es una manera de sentirme un poco más cerca.

Hokkaido fue el último territorio de los Ainu, un grupo étnico que son considerados como los primeros pobladores del Japón, aunque sus razgos y ADN han demostrado que estan emparentados con los habitantes de Nepal y del sur de la India. Cosas de historia de la humanidad.

La visita a Hokkaido fue para conocer la historia de los Ainu y del poblamiento japonés de esta isla, la cual se llevó a cabo recién a partir de la Restauración Meiji (1869). Los japoneses colonizaron esta vasta isla cuando consideraron que de no hacerlo caería posiblemente en manos rusas. Y cuando comenzaron a poblarla se desentendieron de los ainu (sus ancestrales habitantes) y los discrimaron por considerarlos casi "salvajes". Recién en la década del 70, con los movimientos en pro de los pueblos nativos a nivel mundial, este grupo, que ya casi se había mimetizado entre la población japonesa, comenzó a rescatar su identidad. La historia de los ainu es realmente fascinante, y demuestra que los japoneses no fueron una sola nación.

Los ainu, que contaban con sus propias costumbres y lenguaje, conforman actualmente un poco más de 25 mil personas en todo Hokkaido. Eran esencialmente pescadores, cazadores y agricultores, profesaban una religión animista, es decir que creían que todo en la naturaleza tenía un espíritu sagrado. Los hombres se dejaban barba y bigotes cuando se casaban y no volvían a cortarselos, por lo que tenían una apariencia peculiar, mas aún frente a los japoneses, especialmente pulcros. Las mujeres cuando se casaban se tatuaban un bigote y los niños gozaban de bastante libertad. Inserto aquí un video encontrado en Youtube sobre los Ainu.




En Sapporo visitamos la Fundación para la Investigación y Promoción de la Cultura Ainu, el Museo Histórico y la Villa Histórica de Hokkaido, esta última conformada por mas de una veintena de edificios y casas, originales y réplicas, de los tiempos de la colonización de la isla. Los japoneses, en la década del 80, mudaron varios antiguos edificios a esta villa, y reconstruyeron otros, casi todos de madera y algunos pocos de ladrillo. La villa y los paisajes alrededor son lindísimos.

Sapporo es una ciudad más que moderna. La estación central, de los ferrocarriles y el subway, cuenta con un gigantesco mall subterráneo, casi una ciudad por lo extenso que es. Hay cientos de tiendas de todo tipo y muy exclusivas y los habitantes se visten con bastante lujo. Tiene una avenida principal muy comercial y concurrida, sobre todo por jóvenes, la que es cruzada primero por una alameda con varias piletas con grandes chorros de agua y una gran torre bastante parecida a la torre Eiffel, en París (aunque la Eiffel es mucho más grande) y por una calle peatonal techada en toda su extensión, donde hay muchos restaurantes y comercios menos exclusivos. Sapporo tambien es famosa por su cerveza, la Sapporo Beer, que tiene una estrella roja como su símbolo.

Hoy recorrí lo que les menciono. Culminamos la clase en la Villa Histórica y regresamos al Hotel Aspen donde estamos alojados. Me puse saco y suéter debajo, tomé mi paraguas por si llovía y salí a caminar por la ciudad. Recorrí la avenida en casi toda su extensión, me detuve en un par de tiendas, tomé fotos, entré a una cabina telefónica para llamar a la Flaka y decirle a ella y a Lucía buenos días, doblé luego por la calle peatonal y encontré muchas más tiendas, de todo. Cuando me dí cuenta ya eran casí las nueve de la noche (7 de la mañana en Lima), así que inicié el regreso. Entré a un burger a comprarme una hamburgesa y regresé hasta la Estación central para comprar algo más en la tienda Lawson; una cocacola, panes y unas gomitas "Gummy" que ayer descubrí que existían y que creo que podrían ser algo adictivo por lo ricas que son. Lo primero que hice al llegar a mi habitación fue quitarme los zapatos. Buena caminata para despedirme de Sapporo.
Mañana viajamos a Noributse (sorry si me equivoco en el nombre), así que escribo este post largo para contarles mi estadía aquí, a un millón de kilómetros de mi querido Perú.
Hasta mañana.

Si quieren saber más de los Ainu, pueden visitar la siguiente página: http://es.wikipedia.org/wiki/Ainu


Empezando la mañana. Rumbo a la Fundación para la investagación de la Cultura Ainu, en compañía de una menuda llovizna.

Aquí ingresando al Museo Histórico de Hokkaido, el cual tiene una amplia exposción sobre la cultura Ainu.

una casa típica de los ainu, en el Museo de Hokkaido.
en el otoño, la vegetación ofrece colores maravillosos.
ingresando a la villa histórica. En primer plano el blogger, y más atracito el reconstruido edificio, estilo occidental, de la Autoridad para la colonización de la isla, allá por el siglo XIX.

en la villa hay un tranvía! de sangre, es decir jalado por un caballito, sobre una via trocha angosta, de algo más de 600 metros de recorrido.

otro edificio de la villa, esta era una barbería e incluso dentro se puede observar la recreación del barberito nipón atendiendo la barba de un cliente.
al final y ya casi pidiendo chepa al frio, la foto oficial. No, no es las Naciones Unidas, somos los integrantes del curso y el staff de anfitriones que nos acompañaron.

viernes, 16 de octubre de 2009

Feliz cumplemes Luchía!!

Ayer fue el tercer cumplemes de Lucía. La Flaka me cuenta que esta grande y hermosa. Por eso, permitanme poner en este blog, que segun el título debe referirse a mi travesía en el Japón, una breve historia que escribí hace algún tiempo, cuando este nombre ya me parecía que debía acompañarnos para siempre. Para tí Lucía de mi corazón.


Lucía Chirimoya

Desde que el Imperio Incaico desarticuló las fuerzas realistas del coronel Noriega, la ciudad del Cusco no fue la misma. Las calles ya no lucían las banderolas de nylon, ni las pancartas de tecnopor. Tampoco los balcones avistaban mas allá de las laderas del Sacsayhuaman a los grupos de bohemios en coches y carpas. Ya no despedían las manos a los viajeros del Tampu, ni mucho menos el gordo cura Saldarriaga cruzaba ya la plaza apurado hacia los portales.

La situación no podía ser más indiferente.

La casita del camino a Urcos, en el Hurin Cusco, propiedad de don Alonso Chirimoya, con su portada de piedra y el jardín de hiedras y geranios, empircado hacia el camino, también lucía triste y Lucía lucía aun mas triste apoyada en la ventana de la casa.

Por las tardes, el Inca se paseaba en bicicleta aspirando el aire con mucha elegancia y tratando además de no doblar demasiado el espinazo. Detrás, tres guardias corrían junto a él, uno con el blasón imperial, muy digno y multicolor, otro con la radio Philips del 87, marca oficial de la campaña de reconquista, y un tercero cargando un inflador, para inflar solícito cualquier contratiempo.

La situación no podía ser más solemne.

De vez en cuando la comitiva pasaba por el camino a Urcos aprovechando la poca brisa de la tarde, las aspiraciones menos elegantonas y el menudo tránsito de la gente, a excepción de los geranios, las hiedras y de Lucía Chirimoya en su ventana, luciendo desconcertada por los malabares que el tipo del blasón hacia para salvar la dignidad del estandarte.

El Inca se despedía en la esquina aprovechando el semáforo en lila, por que definitivamente el rojo no le gustaba demasiado como para detenerse ante él. Volteaba a mirar a Lucía y el blasón pasaba de largo hacia el Hanan, invicto junto al soberano.

La melancolía Lucía. La melancolía te roba los ojos y el cielo del Cusco se queda pequeño frente a tu ventana.

Esas tardes Lucía Chirimoya no es más que una postal de enamorados, triste y lejana desde la ventana.

Don Alonso ya no sale tampoco a cazar patos ni mucho menos lee su periódico hasta que la lluvia le moje las noticias y las pantuflas. Y Lucia está triste, por que leyó en el ultimo periódico mojado que el Inca victorioso montaría bicicleta todas las tardes por el empedrado de Urcos.

La melancolía Lucía. La situación no puede ser más melancólica.

El último despacho indicaba que Noriega, con toldo y todo estaba aún rondando por las pampas del Collao. Que tenía 28 misiles, una bazuca y una buena cocinera. Y que el teniente Gonzalo Piña aún suspiraba por el amor de Lucía. Eso decía.

Mi amor es tan solo un fax en arial cursiva, Lucía.
Gonzalo.

El Cusco tiene treintaitrés pisos, parquet y ascensor. Tiene una pileta con luces computarizadas, tiene un poeta que edita que Adita, su enamorada, alguna vez se mudo muy lejos y volvió y nació. Tiene además una pantalla gigante, una feria anual, un teatro elegante. Tiene mascotas los domingos en el parque, aire acondicionado, autopista y una cadena de supermarkets. Un cristo, un funicular y salidas todos los días a Miami. Y tiene a Lucía prendida y triste a su ventana, cuidando desde el Hurin las noticias del avance.

Velo por cable Lucía, Noriega no avanza y Gonzalo esta pensando seriamente en tomar las vacaciones y mudarse a Mar del Plata en lancha una parte y otra en primera clase.

Que desilusión Lucía. La situación no puede ser más complicada.

Y se complica por que últimamente ya no ha sonado ni un minúsculo disparo y la torre de San Blas ya está casi reparada. El Inca habla en inglés a la BBC los viernes, circunspecto, él de noble estirpe no suda ni se aja. Y en las radios Los Pericos van cantando a voz en cuello que todo esta caliente, excepto el toldo de Noriega, la cerveza y el teniente.

Quien diría, se me acaba el argumento y la metodología.
Lucía.


Papá, mamá y Lucía de algunos meses (en la barriga), en el departamento de jirón Lima.

jueves, 15 de octubre de 2009

Se acabó el chaufa!








Hola de nuevo a todos. Como les conté en el post anterior, toda la semana pasada estuvimos recibiendo clases en el magnífico Museo del Lago Biwa (Biwatan en japonés). Las clases involucraron diferentes temas como planeamiento de exhibiciones, experiencias de los "fields reporters" y el programa "Hashikakes", manejo de colecciones, multimedia en los museos, métodos de evaluación de museos, entre otros temas, todos ellos dictados por los expertos e investigadores de dicho museo.

Pero lo que más resaltó fueron los programas que realiza el Biwatan con la comunidad (fields reporters y hashikake program). Fue muy interesante e ilustrativo recoger la experiencia que han obtenido en su trabajo interactivo con los niños y adultos de Shiga. Por ejemplo, el programa "Hashikake", un término muy local que alude al voluntariado y compromiso de la comunidad con las labores de integración museo-comunidad, incluye talleres de preservación del rio Oba, uno de los ríos afluentes del Lago Biwa. Es alentador ver como los niños y sus padres participan en la conservación del entorno ecológico. Nosotros participamos de esta experiencia, junto a los niños y fuimos al rio a recolectar peces y reconocer los trabajos de cuidado y preservación. Gran tarea ponerse esos pantalones "acuáticos" y tratar infructuosamente de recolectar algún especimen de la fauna fluvial.

aquí con los "fields resporters" entuasiastas vecinos de la comunidad que participan en los programas de voluntariado. en la foto siguiente un grupo de profesores particando en un taller sobre fabricación tradicional de sandalias.

en la primera foto vemos al blogger convertido en afanoso ecologista pescador de ilusiones, por que de peces, no atrapé ninguno. En la siguiente los niños del programa "Hashikake" observan una langosta obtenida durante la experiencia en el rio. Magnífica clase in situ.

Otro tema interesante fue conocer de cerca el trabajo de interacción que desarrolla el museo, un caso singular en este tipo de museos en Japón, a través de su "discovery room", sala especialmente diseñada para los niños, donde aprenden, descubren y se divierten. Un verdadero salón de clases en el museo mismo.



tres fotos sobre el "discovery room" una sala especialmente diseñada para que los niños descubran y jueguen con el entorno natural que alberga el Lago Biwa

Las clases también incluyeron que el Biwatan conozca nuestra experiencia en nuestros respectivos museos, es así que cada uno tuvo que presentar un reporte en power point y finalizar con una discusión sobre los problemas o logros de nuestros museos. Muy interesante.
Finalmente, como parte del interés del museo por conocer sobre nuestras culturas e interrelacionarnos, se nos pidió que departiéramos en un festival de platos típicos. así que este humilde cheff, de buen diente para todos los platos de la enorme gastronomía peruana no tuvo mejor idea que preparar un riquísimo arroz chaufa. A decir verdad, la carencia de ingredientes para preparar nuestros platos en el Japón me obligaron a un limitado menú, del cual por supuesto el riquísmo chaufa es de mas fácil preparación. Y no defraudamos.
Entre un arroz con carne y vegetales de Jordania, una sopa tailandesa y otra de Mongolia, un simpático arroz con huevo de Indonesia, el chaufa de este peruano instalado temporalmente en Kusatsu, pico el diente de moros y cristianos - y budistas- y la olla de chaufa que generosamente pusimos sobre la mesa se fue acabando a paso de tropa. Y pronto el chaufa se hizo el hijo predilecto de la reunión. Arriba Perú y arriba el chaufa.
Debo agregar en honor a la honestidad que yo, añorando la sazón de algún plato peruano y harto de vegetales, sushis, wantanes y palillos, fui el mayor usuario del chaufa con cuchara.
La experiencia con el Biwatan terminó esta semana. Ahora ya instalado de nuevo en Osaka, agradezco nuevamente a los amigos del Museo del Lago Biwa y les deseo muchos éxitos en su labor diaria.
preparando el arroz chaufa con pollo y carne, aunque sin hotdog, por que el tipo de hotdog que tenemos en el Perú no hay aquí en Kusatsu. La carne de res es muy cara aquí en Japón y la venden fileteada muy finamente, ni hablar de un buen churrasco.
Exito rotundo, el chaufa terminó en estómagos extranjeros. Aquí parte del staffa del Biwatan saboreando el plato peruano.
el buen hotel Boston, de estilo y servicio occicental, donde nos hospedamos en nuestra semana en kusatsu. En el primer piso tiene una tienda Lawson (algo así como un mini Wong) donde puedes comprar tus alimentos. Un plátano cuesta 105 yenes, un sushi listo para comer cuesta 230 yenes y una triple de atún, huevo y jamonada 210 yenes.

un atardecer en el Lago Biwa. hermoso escenario!

miércoles, 7 de octubre de 2009

Día 37 en Japón: maquetas, video y tifón a la vista

Mañana viajamos a Kusatsu por seis días, a seguir las clases en el Museo del Lago Biwa. Luego de escribir este post tengo que preparar la maleta y acomodar todo lo que no llevaré para encargarlo en el almacén del OSIC. Menudo trabajo. Tengo que devolver también el USB que uso para la conexión a internet, así que antes quería aprovechar y contarles un poco de lo hecho en los días de esta semana.

El lunes 5 tuvimos clase de modelado de maquetas con Mr. Moriguchi, de quien ya les hablé en un post anterior. La clase fue entretenida y yo tuve la ocasión de armar un pequeño y artesanal landscape del tranvía recorriendo una calle de Barranco. Moriguchi me había preparado un tranvía como verán en las fotos, así que yo armé el escenario, pinté el fondo, coloqué los árboles y los automóviles. Listo. El vagón del recuerdo made in Japan.

El martes tuvimos clase sobre materiales visuales y multimedia, con el profesor Akira Suzumura, así que también tuvimos ocasión de conocer el storage de los audiovisuales, películas, cds, dvds, cassettes y hasta discos de carbón, en un perfecto y temperado almacenamiento. El Minpaku dejó el DVD y ahora usa la tecnología Blue ray. En el tercer piso del ala derecha se encuentran las áreas de grabación, edición y tratamiento de videos, e incluso tienen un pequeño robot que se encarga de sacar las cintas de un lector y pasarlas a otro. Cosa de japoneses!


Hoy miércoles tuvimos clase de video recording con la profesora Kazuyo Minamide, ganadora de un festival de documentales por su bien logrado documental sobre el rito de la circuncisión en Bangladesh. Este país, ubicado en Asia, es mayoritariamente musulmán y los niños varones de siete u ocho años son circuncidados como manda la costumbre religiosa, solo que sin anestesia y con la ayuda de una guillet.

Minamide san nos encargó realizar un video a cada uno de nosotros, nos entregó una cámara Panasonic y nos dio 30 minutos para hacer las grabaciones. luego de ello pasamos a aprender el manejo del Movie Maker, papaya!. Mi video de 10 minutos estuvo listo antes de las 4 de la tarde.


Ahora, siendo casi las 9 de la noche y con un tifon llegando a las costas del Japón como avisa la televisión y confirma la lluvia que arrecia afuera, termino este post contándoles un secreto: marco cada día los días que voy pasando, en cuenta regresiva, y ya me faltan sólo 66.

mi pequeña maqueta, mmm, se parece algo, pero con árboles japoneses

esta es con perspectiva

el autor y su obra. No acepto críticas. Arigato

lunes, 5 de octubre de 2009

Nara: Templos, ciervos y museos









El jueves y viernes pasado viajamos a Nara, capital de la prefectura (departamento) del mismo nombre y una de las ciudades más turísticas del Japón por la cantidad de templos budistas muy bien conservados que mantiene. Lo que le ha valido que la Unesco los considere Patrimonio de la Humanidad.

Nara fue capital del Japón en la época medieval, cuando los samurais gobernaban pequeños, medianos y grandes feudos, y tenían a miles de siervos a su servicio. Ahora sólo hay ciervos, casi cientos de ellos que viven en el templo budista Todaiji y que son la atracción preliminar antes de ingresar a los sagrados recintos.

La verdad conocimos varios templos además del Todaiji y la puerta de la muralla que da acceso al sitio donde se emplazaba el Palacio Heijo. Visitamos tambén Horyuji, que contiene maravillosas estatuas de Buda sentado sobre la famosa flor de loto y los guardianes alrededor cuidando celosamente al "Iluminado". Aquí existe una galeria que exhibe realmente tesoros de aquella época, espadas, flechas, estatuas, ornamentos, utensilios, etc. Seguramente Tom Cruise si dio una vuelta por aquí antes de filma "el último Samurai".

Pero la visita a Nara también fue para conocer el Centro de Conservación del Gangoji Institute for Research of Cultural Property. Que maravilla las facilidades, equipos y comodidades que cuentan para restaurar casi cualquier cosa del pasado, sumado a la personalidad paciensuda (sorry si no existe esta palabrita) y detallista de los conservadores nipones.

A la vuelta visitamos el Museo Asuka en Chikatsu, Osaka. Otra muestra de una excelente exposición. Aquí las fotos.

camino a Nara en el bus uno no deja de ver puentes, túneles, viaductos, autopistas de tres pisos, zonas agrícolas, el tren viajando a tu costado, en fin, una infraestructura vial que no deja de sorprenderme.

aqui con mi buen amigo Fathi, de indonesia, frente a la puerta Susaku-mon que es la entrada en donde estuvo el Palacio Heijo, en Nara y ahora es un enorme conjunto arqueológico. Fathi no pierde el buen animo a pesar que su país ha sufrido dos terremotos en un mes.

un conservador del Instituto Gangoji restaurando un antiquisimo tonel de arcilla. Para él es solo un rompecabezas mas.

en otro espacio del Centro de Conservación, unas aplicadas conservadoras limpian y restauran pedazos de maderos de algún templo cercano. Los tubos que cuelgan son aspiradoras con filtro que recogen los olores de los químicos con que trabajan. Yo pense que ra una escena de E.T. I phono home, Flaka!!

eh! encontré la casita de Blanca Nieves. Realmente hermosos paisajes se ven a lo largo del viaje.

los amigables ciervos que dan la bienvenida al templo Todaiji

En el Templo Todaiji, construido en el periodo Nara, entre el 710 y el 794 d.C. y durante el reinado del emperador Shomu. El templo fue dedicado a Vairocana Buddha, que significa algo así como "Buda que ilumina el mundo como el sol". Un poco de historia nunca esta demás.
el formidable y enorme Buda que descansa en el Todaiji temple. Al verlo recordé inmediatamente aquel Buda de madera que guardaba mi abuela como amuleto, y que decia que habia que sobarle la barriga para tener dinero. Donde habrá ido a parar ese buda de mi niñez? Ahora ya lo conozco "en persona".
en el segudno día del viaje a Nara conocimos el Templo Horyuji, que fuel el primer Patrimonio cultural de la humanidad del Japón.

otra vista de otros edificios que componen el conjunto arquitectónico Horyuji. Aquí con dos nuevos amigos que muy entusiastas se acercaron para perennizar sus orientales sonrisas en un click "made by Perú".
Camino de regreso conocimos el magnífico museo Asuka, de la prefectura de Osaka, algo así como un museo municipal. Este museo exhibe el desarrollo histórico de la zona de Asuka y principalmente las famosas tumbas de Nintokuryo.
la foto oficial en el museo Asuka, el grupo de museologia junto al staff de profesores y apoyo del Jica que nos acompañó.
Se fini. Good bye.